sábado, 5 de junio de 2010

Mi don.

Una de las actividades a la que más tiempo dedico ultimamente es a intertar comprenderme. Si,¿Lo calificais de paradójico? No. Para nada. Creo que el descubrir, explorar y más tarde saborear cada uno de nuestros sentimientos en una actividad útil y satisfactoria. Nuestri cuerpo reacciona ante estimulos o acontecimientos externos y a menudo no congeniamos enteramente con esta reacción. No se si os ocurre, pero en mi ocurre, pero en mi ha sido algo de lo más rutinario, no me he parado a descifar nuevas sensaciones simplemente las he aceptado. Ahora sin embargo inetento desmigajar cada pequeña parte de mí, y analizar cada sentimiento. EN otras palabras intento conocerme enteramente. Con esta autoanalización he descubierto nuevas virtudes y defectos, ayer precisamente me encontré con una nueva virtud, la llamé DON. Sí, es un don. No quiero decir con esto que sea único, simplemente lo considero un magnifico poder. Y consiste en que involuntariamente disfruto de cada pequeña satisfacción que me da la vida. Puedo absorver cada pequeñes, cada insignificancia y saborear un gran placer. Sin proponermelo la señora felicidadaparece inesperadamente. No necesita a todos mis amigos para relucir. No, puede aparecer mientras juego con una niña de seis años ha fundar un club privado, si, y lo ha hecho. Puede relucir cuendo un libro consigue transportarme a otro lugar, o aparece mi canción preferida en la radio, cuando tengo ganas de gritar y saltar, o mientras hago una carrera en una calle de cincuenta metros. Deslumbra al ver a un abuelo reir trás varios meses sin hacerlo, o al encontrar una foto que escondías en el cajón. Brilla cuando me siento identificada y cuando un amigo abre la puerta de la complicidad. Tengo una afinidad por el placer de sonreir, por disfrutar de cada uno de los goces que me brinda esta vida, es una de las mejores arma con las que cuento para afrontar al mundo, y esto me hacer verdaderamente feliz.

No hay comentarios: